domingo, 4 de noviembre de 2007

Usó esas palabras...

hoy para mi grata sorpresa en la revista viva el Dr Norberto Addala publico un articulo en el cual habla de la autoestima, tema del que hable en una mis post, usando un titulo que conjuga esas tres palabras que tanto mi significan:
Cuando quererse es poder...
(comparto el articulo, que me parecio muy bueno con uds).
El exito y el fracaso constituyen problemas de extraordinaria importancia para la mayoria de las personas. Muchas veces, resultan todavía más importantes porque parecen tener que ver con el destino de cada persona: se asocia el éxito con la felicidad y el fracaso con la desventura.
Pero, ¿en que consiste triunfar o fracasar?
Como tantas otras palabras que se barajan en el lenguaje cotidiano, éxito y fracaso pueden ser términos esquivos y pocos claros cuando uno los piensa con mayor profundidad. Se trata de conceptos que tienen siginificados diferentes según las expectativas del individuo y el contexto cultural o social.
Una persona sentirá que fracasa en cualquier faceta de su vida (personal, de pareja, laboral, etc) en la medida que experimente dos circunstancias. La primera, una intima insatisfacción consigo misma; la segunda, la falta de reconocimiento por parte de los demás, sobre todo la que debería venir de sus seres queridos. El ser humano, como ser social es, y para su propio bienestar, necesita de la aprobación y el reconocimiento de los otros para sentirse valorado.
De las dos circunstancias mencionadas, la insatisfacción personal es la mas importante ya que se relaciona directamente con la autoestima, es decir, con la valoración y la imagen que cada uno tiene de si mismo. La autoestima repercute en el día a día, en las relaciones que se entablan con los demás y en las actitudes que se toma cada individuo ante las diversas situaciones que se le presentan en la vida. Una persona que piensa que no podrá alcanzar algo, se niega por anticipado a posibles oportunidades que puedan persentarsele, por que no se cree capaz de concretarlas. Si un joven va a rendir un exámen y piensa que no va a aprobar; o concurre a una entrevista de trabajo pensando que los demás son mejores, es muy probable que no le vaya nada bien. De algún modo se a "programado" para eso.
Una baja autoestima o una percepción pobre de lo que uno vale acarrea miedos, inseguridades, frustraciones, y termina, inexorablemente en el fracaso, en una suerte de circuito negativo que se retroalimenta. Además, se potencia la necesidad de ser reconocido por otros. Y, aunque sea dificíl precisar cuál es la clave del éxito, una de las claves del fracaso puede ser, precisamente, intentar agradar a todo el mundo.
La psicología entiende que la baja autoestima es la resultante de la diferencia existente entre lo que la persona es y lo que quiere ser. La percepción del fracaso antenta contra el narcisismo. Pero si el narcisismo es excesivo, ese "autoenamoramiento" los impulsa a denominar fracaso a todo lo que decolora su propia imagen, simplemente porque no alcanzan metas idealizadas o demasiado ambiciosas. En ese sentido, el perfeccionismo equipara el fracaso a cada vivencia en que no se concrete la realización plena. De ahí a la depresión existe una corta distancia, ya que ésta siempre se relaciona con algo que se pierde, que falta o no se alcanza. Heinz Kohut, un importante psicoanalista, ha insistido en la existencia de cuadros depresivos como respuesta a la frustración en el logro de las aspiraciones narcisistas. En ese marco se generan sentimientos de vacío, la incapacidad para mantener proyectos y una identidad que los dote de vitalidad.

2 comentarios:

Porelchocolate dijo...

Lo lei!!! me pareció muy bueno! aunque dificil, para los que no sabemos valorar nuestros hallazgos y no culparnos tanto por nuestros fracasos! Pero es cierto! la depresión es tan tan cerca cuando miro el mundo con anteojos de desdichada!
besos!!!!!

magimu dijo...

dificil viole, como somos los seres humanos, conoces alguno que no sea rebuscado?? seguramente existira alguna excepcion que confirme la regla... pero no somos nosotras, jajajajaja.
Es verdad eso de que si nos ponemos los anteojos del fracaso, lo que se siente se le asemeja mucho a la depresion.
vamos cata todavia que te falta poquitito!!!!!